Cuando, a mis 50 años, me inscribí para las oposiciones de A2 hace ahora un año, nunca había tenido contacto con leyes, salvo para algún trámite burocrático y muy por encima. Tampoco sabía nada de aguas ni de costas. Mi decisión fue repentina y no meditada. Se me ocurrió un día y al siguiente ya estaba inscrita. Ingenua de mí, creía que los contenidos estarían disponibles en la web del Ministerio, tal era mi desconocimiento. Tenía, pues, que encontrar una academia.
Opté por Oposiciones Medio Ambiente: las opiniones de antiguos alumnos eran excelentes, las cifras de aprobados altísimas y los currículums del profesorado, inmejorables. Estoy acostumbrada a estudiar a mi ritmo y confeccionar mis propios resúmenes y esquemas, pero aquí no había tiempo. El temario era inmenso, casi inabarcable. Así que, con cierta reticencia inicial, deposité ciegamente mi confianza en las recomendaciones de Juan David, Francisco y Jorge y me dejé guiar por ellos, centrándome en estudiar y despreocupándome de todo lo demás. Ellos te indican en qué debes centrarte en función del tipo de examen, proporcionan material de calidad y elaboran todo tipo de estadísticas para evaluar el esfuerzo que merece cada cosa. Además, confeccionan calendarios alternativos cuando se adelantan exámenes y actualizan los contenidos sobre la marcha cuando cambia la normativa que venía aplicándose. Y, sobre todo, te hacen sentir que aprobar está al alcance de tu mano, por muy abrumado que puedas llegar a sentirte en ocasiones. Saben de lo que hablan. No podría haber hecho una mejor elección. Un año después tengo mi plaza de funcionaria aprobada y puedo afirmar sin dudar que sin ellos no lo habría logrado, ¡y menos aún en el primer intento!
Eternamente agradecida.